M.
Habitación de tres.
viernes, 16 de diciembre de 2011
La vida sigue, por algo dicen que es un camino. Y como en todo camino, tenemos todo tipo de compañeros: esos que te lo hacen más ameno, otros más cansino, algunos te dan la mano cuando tropiezas con alguna piedra, o curan tus heridas (pues los pies duelen de tanto andar). Los hay que te enseñan cosas, como a apreciar las pequeñas cosas, o a saber más de cualquier cosa: un monumento, una vieja historia, un mito, una leyenda… Otros aprenden de ti, te piden consejo, te necesitan para que ahora les des tú la mano. Pero los más importantes son aquellos que aunque el camino se tuerza, se haga cuesta arriba, llueva, nieve, venga un temporal, van a estar ahí para cogerte de la mano y recordarte que están contigo en este viaje. Son los que encuentran por ti la fuerza que te hace falta para seguir, para encontrar esa reserva de oxígeno que te permite continuar; y sabes que son ellos los que marcan contigo las huellas que recordarás para siempre, que no sólo se quedarán en una anécdota, que los necesitas para recordarte que son imprescindibles. A veces miras atrás, y recuerdas a todos esos compañeros que te acompañaron en algún momento, y también te recuerdas a ti mismo mirar adelante, dónde te esperan ellos, con una sonrisa, y un: “Vamos, aún queda por vivir.”
viernes, 4 de noviembre de 2011
A Matilde Abadín e Iago Valín
…Porque estas liñas foron prometidas nun caluroso día de máxico verán, onde todo se xuntou en sinfonías e sorrisos (de reencontro e alegría)…
***
Compositor de sonatas e soños,
permíteme que as túas notas inunden os confíns da miña alma,
mestúraas co percutir senlleiro das pingas de auga,
sobre as teclas de marfil e mailos teus dediños de lá.
Metafísica das faíscas ardentes.
bailadela ditosa en noite de lúa chea,
Cos pés nus e inocentes.
O río lambe vagaroso os fiúnchos da beira.
As notas idiófonas bísbanche verbas bonitas,
suspiros lenes, claros, tranquilos… durmiñentos…
que me transportan por pradarías de carballos e bidueiros,
ilustrados en papiro coa cor carmesí.
Sons de tren que emanan nostalxia son comparables ao axitar dun pano lembrando unha estación lonxana. Felices reencontros que tildan a vida dunha cor verán e rompen a monotonía en cadoiros bategantes. Traqueteo de raíl, cal contrapunto de preludio a día memorable. Perfecto.
A xornada, [por predición asegurada antimeteoroloxía] é idónea para captar as instantáneas máis inesperadas, adobiadas con tons de salitre e brisa da Mariña. Intento 1, 2, 3… 1, 2, 3… resultando: un álbum arquivado fortemente na mureira do pensamento, nos últimos e máis inexplorables retrincos do maxín.
Deixamos no solo a pegada analéptica, só as árbores, a terra e o tempo son testemuñas. Ai, e o mar... ese mar que nos mostrou os confíns do Universo.
Risas, recordos, supostos, amenceres e pensares. Cóctel de inquedanza e explosión de pensamento. Non son necesarios máis nomesquesemellancalificativos. É suficiente o sentimento desa xornada tan única, que, sen que sirva de precedente, agardo repetir.
Á fin, a despedida, que NON é un adeus, senón un clásico ata logo. Despedida nun incorpóreo tempo de serán, por un reloxo que se quedou esqueceu de tocar… (quedou prendado dun fume que non volveu) e paranoia de descarrilamento. Que non cunda o pánico. Xa pasou todo. Xa podemos volver a lembrar e deleitarnos.
Pola ciclotimia do que vivimos e o que nos queda por vivir. Polos versos prometidos.
Con agarimo, a Matilde Abadín e Iago Valín. Gracias por esa marabillosa xornada.
L.
domingo, 24 de julio de 2011
Ingravidez
…en estado de ingravidez.
Ingravidez, ditosa verba.
Ao tempo que ulo o neumático,
cal solimán enrabechado contra o cerume gris,
tezo en efluvios unha cinta de dedaleiras.
Excitación cardíaca e amago de sorriso.
Verea, verea torta…
Creo que xa non volverei a ficar perdida polos camiños.
Xa vexo a saída, a luz branca convídame a correr impetuosa.
A forza dos nosos corazóns é inexplicable.
***
Metafísica das faíscas ardentes.
bailadela ditosa en noite de lúa chea,
Cos pés nus e inocentes.
O río lambe vagaroso os fiúnchos da beira.
Agora só lembro sumirme nesa esfera, e lanzar ao ar o meu pano, o meu pano branco…
Despois do transo,
Os corazóns latexan compasados.
A porta aberta déixame ulir as rosas recén cortadas.
Sorrío, debrúzome no peitoril da fiestra e
… lanzo.ao.ar unha rosa vermella, a que ficaba atada cunha fita no escritorio. Por favor, lévame canda ti, paseniño, camiñando sobre o devalar do verso…
L.
jueves, 14 de julio de 2011
Chechenia.
Yo no olvido nunca ese sonido. Lo primero que oyes es click, es tu pie, ha activado una mina anti-persona, cuando lo oyes, se acabó. Pero tu cabeza se vuelve loca ¿Sabes?, tú piensas... tal vez si doy un salto, tal vez si encuentro una roca que pese lo mismo que yo. Pero no, no se puede hacer nada, tú oyes click, y a volar.
B.
B.
viernes, 20 de mayo de 2011
Cien lenguajes.
Son ellos los que marcan el ritmo de nuestro andar.
http://www.youtube.com/watch?v=BFNi0TcVKTY
Aunque a veces cueste, sé que el camino tiene una meta que vale la pena.
El cien si existe.
M.
http://www.youtube.com/watch?v=BFNi0TcVKTY
Aunque a veces cueste, sé que el camino tiene una meta que vale la pena.
El cien si existe.
M.
viernes, 13 de mayo de 2011
jueves, 5 de mayo de 2011
Anorexia.
Una 40. Una 38. Una 36. Una 34. Tenía que adelgazar más, aún estaba gorda. Se miró al espejo odiándose y despreciándose como cada día. ¿Por qué las demás eran hermosas y ella estaba condenada a la gordura? Se sentía débil y sin fuerzas, pero ella sabía por qué. Por el sobrepeso. Tenía que adelgazar más. Ninguna ropa le quedaba bien, su cabello se caían, sin fuerza...
Encima, su madre llorando todo el día encima suyo. ¿Pero qué le pasaba? ¿Acaso deseaba una niña gorda? ¿No quería alardear de una hija delgada y triunfadora?
Qué estaba enferma, decían. Ellos no tienen ni idea. Lo que pasa es que no deseaban su felicidad. Para ella la vida empezaba ahora, sólo un esfuerzo más; sólo necesitaba entrar en aquella talla 32. Entonces, sólo entonces, todos la querrían.
No importa si se es guapo, delgado, feo. Si se tienen muchas o pocas cosas.
Lo que realmente importa es ser buena persona... Algún día, el mundo se dará cuenta de ésto.
B.
Encima, su madre llorando todo el día encima suyo. ¿Pero qué le pasaba? ¿Acaso deseaba una niña gorda? ¿No quería alardear de una hija delgada y triunfadora?
Qué estaba enferma, decían. Ellos no tienen ni idea. Lo que pasa es que no deseaban su felicidad. Para ella la vida empezaba ahora, sólo un esfuerzo más; sólo necesitaba entrar en aquella talla 32. Entonces, sólo entonces, todos la querrían.
No importa si se es guapo, delgado, feo. Si se tienen muchas o pocas cosas.
Lo que realmente importa es ser buena persona... Algún día, el mundo se dará cuenta de ésto.
B.
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